Los parásitos externos, según su especie, se alojan en las distintas capas de la piel de los perros. Las lesiones que ocasionan pueden tener diversa gravedad, tanto por una reacción alérgica por parte del perro como por la transmisión de otras enfermedades de las que son potenciales portadores.
Los parásitos externos que más afectan a los perros son los ácaros, las garrapatas, las pulgas, los piojos, ciertas especies de mosca y helmintos cutáneos.
Comenzaremos revisando los más conocidos, o sea las pulgas y garrapatas.
Pulgas
Las pulgas son insectos con el cuerpo aplanado lateralmente de color marrón o negro. Se suelen detectar por la suciedad que dejan en el pelo de los animales, aunque resulta difícil si el pelaje es oscuro o negro. El clima cálido y húmedo favorece el óptimo desarrollo de las pulgas y puede llegar a ser un problema estacional o anual. En la actualidad, al vivir los perros en nuestros hogares, y no haber tanto cambio estacional debido a la calefacción, suelen ser un problema anual.
Las señales de los problemas por pulgas van desde una leve irritación en la piel, a un gran picor generalizado que supone un rascado por parte de su perro y las consecuentes infecciones cutáneas. Las mascotas jóvenes o de tamaño pequeño que sufren una infestación masiva con pulgas pueden padecer anemia, y en áreas con infestaciones moderadas o graves, las personas pueden sufrir picaduras de pulgas.
Las pulgas son capaces de transmitir algunas enfermedades infecciosas y parasitarias a mascotas y en raras ocasiones a las personas. Los daños más habituales son picor e irritabilidad en el animal, y si éste es alérgico producen DAPP (Dermatitis Alérgica por Picadura de Pulga), que da lugar a inflamación en la piel, mucho picor y caída del pelo.
Garrapatas
Las garrapatas pican la piel para alimentarse de la sangre del animal. Su mayor gravedad estriba en que son portadoras de muchas y muy graves enfermedades, la más habitual es la denominada piroplaxmosis o babesia enfermedad que si no es tratada a tiempo puede ser mortal ya que los parásitos atacan a los glóbulos rojos de la sangre y puede afectar al corazón, pulmones, hígado, bazo, etc.
Normalmente aparecen en primavera–verano cuando se dan las condiciones climatológicas adecuadas de calor y humedad. Su localización predilecta suele ser las orejas y el cuello y en general toda la zona de la cabeza pero, pueden estar en cualquier otra parte del cuerpo. Son fáciles de reconocer al tacto y es necesaria, una vez localizadas, su extracción que debe hacerse correctamente. Para la misma existen pinzas especiales, o bien podemos acudir a la clínica veterinaria.
Tras la extracción, hay que estar muy pendientes de la actitud de nuestro perro o gato, si está decaído y sin apetito, llevarlo urgentemente al veterinario.
La mejor manera de evitar problemas con estos parásitos es la prevención
Existen en el mercado productos que nos permiten mantener a salvo a nuestras mascotas, bien sea utilizando pipetas mensualmente, comprimidos o bien alguno de los collares que tienen diferente duración de actuación frente a ambos parásitos. En cada caso dependerá también de la opinión del veterinario el utilizar uno u otro sistema y de nuestra decisión y comodidad. Lo que es importante es utilizar siempre los de última generación ya que estos parásitos pueden desarrollar resistencia a los productos que se utilizan para su prevención.
Y como ya es habitual, en Veteri Astur estamos a su disposición para solucionar sus dudas y recomendar el producto más adecuado para su mascota.